Entre versos y anécdotas transcurrió la primera Tarde de Letanías organizada por el Centro de Documentación del Carnaval de Barranquilla y el Museo de Antropología de la Universidad del Atlántico.
El docente investigador Julio Escamilla expuso el resultado de su proceso de investigación sobre esta importante manifestación cultural, exclusiva del carnaval barranquillero, y de la que asegura ha sido estigmatizada, pero merece ser reivindicada como lo ha hecho la fundación Carnaval de Barranquilla promoviendo estos espacios, que se convertirán en habituales para salvaguardar la oralidad de la fiesta.
“Las letanías proceden de las letanías religiosas y merecen ser estudiadas de manera discursiva, pues para reivindicarlas es preciso entender que requieren no solo del humor, sino el empleo de palabras obscenas, dentro del contexto en el que se desarrollan. No creo que si en otra parte se hicieran letanías, fueran iguales a las que hacen los grupos barranquilleros porque simplemente reflejan lo que somos y nuestra esencia”, esbozó el catedrático.
Desmenuzando todo el proceso de seguimiento e investigación del que han sido objeto las letanías, Escamilla indicó que solo hace 40 años se abrió un espacio para que los letanieros fueran partícipes del Carnaval.
Agregó que los grupos escuchan radio todo el año para conocer la actualidad y a partir de los hechos que son noticia construyen los versos en temáticas como el Junior, la realidad política mundial y la local, y como complemento los chismes de barrio.
“Lo que dicen los letanieros no es una información periodística, sino una recreación humorística con versos, cargada de humor y en algunos casos de obscenidad, que en el contexto se convierte en lenguaje de letanías”, explicó el profesor Escamilla, al tiempo que aseguró que no pueden existir las letanías sin los medios de comunicación.
En medio del análisis y la reflexión sobre las estrategias que de los mismos grupos se deben generar para preservar la tradición oral del Carnaval de Barranquilla, los directores letanieros relataron sus anécdotas y experiencias, coincidiendo en que el contenido de sus versos y lo que expresan en sus presentaciones se va marcando por las peticiones de los espectadores, quienes son, muchas veces, los que piden subir el color de las letanías.
Durante el ameno encuentro, los jóvenes asumieron algunos coros y se identificaron con los versos expuestos por los maestros de la tradición oral, al utilizar expresiones y temas relacionados con lo que piensan y sienten, y con la tecnología que ha cambiado los estilos de vida modernos.
Los reyes del Carnaval 2018, Valeria Abuchaibe y Ricardo Sierra, también participaron del conversatorio. La soberana se le midió a acompañar a los maestros recitando versos y coros.
“Como Reina los invito
a gozarse el Carnaval
desde hoy hasta la muerte de Joselito
que es mi fiesta tradicional”.
En el Carnaval de Barranquilla ha crecido el número de grupos letanieros inscritos, hoy participan 22 grupos, de los cuales dos están integrados por mujeres, quienes han roto con todos los paradigmas sociales y también se le han medido a la tarea de preservar la oralidad de nuestra fiesta.