En 1930 el empresario Celio Villaba Rodríguez, viajó a Alemania en busca de nuevos mercados para la Cafetería Almendra Tropical, empresa de la que era dueño.

Su viaje coincidió con los carnavales por lo que tuvo la oportunidad de ver en los desfiles un grupo de personas disfrazadas con cabezas gigantes que le llamaron mucho la atención por su vistosidad, colorido y gracia.

De inmediato se le ocurrió hacer un grupo igual para el carnaval de Barranquilla. De regreso consiguió varios artesanos a quienes contrató para que le hicieran las cabezas. La idea de Celio Villalba causó gran emoción dentro de la Cafetería porque hizo un concurso para escoger dentro de sus empleados a los que saldrían disfrazados de cabezones.

Además de exitoso empresario, Villalba era un gran publicista por lo que bautizó al grupo Los Cabezones de Café Almendra Tropical. Como era miembro de la Junta Organizadora del Carnaval, puso sus cabezones adelante, abriendo el desfile de la Batalla de Flores de 1930. Ese lugar de honor lo conservaron por muchos años.