La soberana participará en el Desfile de la Hispanidad con una fantasía que rinde tributo a uno de los disfraces más emblemáticos del Carnaval de Barranquilla: el Mohicano Dorado.
Nueva York, octubre de 2024. En el Desfile de la Hispanidad 2024, en Nueva York (Estados Unidos), la Reina del Carnaval de Barranquilla 2025, Tatiana Angulo Fernández de Castro, lucirá una fantasía deslumbrante en homenaje al legendario Mohicano Dorado, uno de los disfraces más emblemáticos del Carnaval, cuyas raíces se remontan a la leyenda indígena de El Dorado. Este vestido es obra del diseñador barranquillero Alfredo Barraza.
En su puesta en escena, Tatiana luce un enterizo brillante en color dorado, que se complementa con un penacho de plumas, capa y escudo, que representa el estandarte del legado. Este símbolo será entregado por la Reina a las dinastías carnavaleras que transmiten la tradición de generación en generación, en las visitas que hará a las sedes de grupos folclóricos durante su Carnaval.
El disfraz del Mohicano, transmitido generacionalmente por la familia Cervantes, es un símbolo de resistencia, riqueza cultural y tradición. Su origen se remota a la leyenda de El Dorado, la mítica ciudad de oro que sedujo la imaginación de exploradores y conquistadores. Cabe resaltar que el nombre «mohicano» fue tomado por su creador, Carlos Cervantes, de la novela ‘El último de los dorados’, escrita en 1826 por James Fenimore. En ella se muestra una tribu de algonquinos de Estados Unidos, que se tatuaban y se adornaban con plumas. Por ello, el disfraz de los Cervantes resulta de una combinación de las culturas precolombina y norteamericana.
«La esencia de mi Carnaval 2025 son los disfraces y el legado bacano que se transmite de generación en generación. Este Mohicano en Nueva York no es una casualidad: es un homenaje a la familia Cervantes y, especialmente, a su creador Carlos, quien se inspiró en las culturas indígenas de América para brillar con luz propia en el Carnaval de Barranquilla. Es un tributo a la valentía, la resistencia y el brillo de nuestros pueblos», aseguró la Reina Tatiana.
En su corona, dorada y adornada con plumas que se alzan como rayos de sol, se refleja el brillo del oro que buscaban los conquistadores. Igualmente, los trazos de su capa, que se ondea con cada paso, lleva bordados que simbolizan figuras indígenas.
«El Mohicano ha sido una representación del espíritu indomable que nos caracteriza a los barranquilleros, nuestra capacidad de reinventarnos y mantener viva la tradición. Al alzar este estandarte, exalto el legado de muchas familias que, por generaciones, han sido el corazón del Carnaval», concluyó Tatiana.
En medio de los rascacielos y la bulliciosa vida neoyorquina, este momento quedó para la historia. El traje del Mohicano Bacano, con su historia de El Dorado, había cruzado el Atlántico para recordar que el verdadero oro no está en las riquezas materiales, sino en el legado que cada generación hereda y transmite con orgullo. La soberana del Carnaval 2025, con su gracia y su profundo sentido de la historia, había logrado que el espíritu del Carnaval de Barranquilla brillara más que nunca, no solo como una fiesta, sino como un homenaje a las raíces, a las dinastías y a las leyendas que lo definen.